domingo, 23 de diciembre de 2007

Palabras de fin de año.


"... And what have we done?

Another year over and a new one just begun (...)
A very merry Christmas and a happy new year.
Let's hope it's a good one without any fear".

Lennon.

¿Han notado que a medida que avanza nuestra edad, los años se pasan más rápido? En contraste con la noción del tiempo de un niño, al adulto los días se le escapan como agua entre las manos. Es entonces cuando empiezan a tomar sentido frases como: "La vida es un suspiro".

La verdad no quisiera sumarme a los que hasta cuando duermen dicen: "Feliz navidad y próspero año nuevo". Esas palabras resultan vacuas cuando es evidente que en el mundo las cosas no andan muy bien. Cuando menos aquí en el Ombligo de la Luna se está viviendo una militarización paulatina, la aplicación de la "tolerancia cero", soslayando los derechos humanos. Los neoliberales en el poder siguen modificando la Constitución para echar atrás los logros obtenidos durante la revolución mexicana. A partir de enero se incrementará el precio de la gasolina y con ello se dispara el alza en los precios. Pero a pesar de este panorama, de todo corazón -aunque suenen a frases ya hechas- deseo a todo aquel que pase por aquí:
  • Que ría mucho.
  • Que no le falten buenas compañías.
  • Que goce de salud.
  • Que no le falte trabajo ni plata en sus arcas.
  • Que su alimentación sea sana.
  • Que no le falte agua ni energía eléctrica.
  • Que tenga una vida sexual segura y satisfactoria.
  • Que supere cada obstáculo que se le presente en la consecución de sus objetivos.
Finalmente deseo para todos -como lo hiciera Ikram Antaki, esa sabia siria de nacimiento y mexicana por naturalización- que el año nuevo les traiga "paz y algunos libros".

lunes, 17 de diciembre de 2007

En estos días de asueto...

Hermosa sensación la que ofrece un lunes de vacaciones después de un año de labor. Muchos optarán por salir con sus amistades o parientes. Otros escaparán del frío de la Meseta Central Mexicana y se refugiarán en las templadas llanuras costeras del país. Después de las visitas a las amistades y tal vez una escapada a la heroica, cafetera y aromática Córdoba, Veracruz, he de regresar a mi habitación, como mamífero hibernante, a leer -con ropa de lana y una bebida caliente- una parte de la "Historia verdadera de la conquista de la Nueva España", testimonio hecho por Bernal Díaz del Castillo como participante en las expediciones españolas que salieron de Cuba en 1517, 1518 y 1519, hacia las costas orientales del actual territorio mexicano.

A pesar de ser un tomo grueso, su lectura se antoja provocativa y desafiante. Imaginar al ya viejo Bernal Díaz del Castillo, que desde algún lugar de Guatemala se sienta a la luz de una candela a contarnos, como un abuelo, sus experiencias en tierras mexicanas, desde su primer contacto con los aguerridos mayas del sureste, hasta su participación en el asedio liderado por Hernán Cortés y que provocó la derrota de la ciudad lacustre de México-Tenochtitlán, capital del imperio Mexica -mal llamado "azteca".

Después del ponche de alguna posada, sé que llegará la nostalgia del año que está por terminarse y ojalá -al menos- en el año venidero no vuelva a encontrarme a nadie que tenga el descaro de afirmar que, puesto que no está de moda, no vale la pena estudiar historia.

Imagen: El soldado-cronista Bernal Díaz del Castillo.

Para leer un artículo sobre la importancia de la lectura, clicar aquí. Independientemente del credo de cada quien, el contenido del documento es valiosísimo y puede descargarse en formato PDF.

sábado, 1 de diciembre de 2007

Y uno aprende...

He aquí unas palabras atribuidas al argentino Jorge Luis Borges (1899-1986). La discusión de si es o no el autor, queda en el aire. Yo me quedo con el contenido:

Después de un tiempo,
uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano
y encadenar un alma.

Y uno aprende
que el amor no significa acostarse
y una compañía no significa seguridad.


Y uno empieza a aprender...
Que los besos no son contratos
y que los regalos no son promesas.

Y uno empieza a aceptar sus derrotas
con la cabeza alta y los ojos abiertos.

Y uno aprende a construir
todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno de mañana
es demasiado inseguro para planes.
Y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.

Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado,
hasta el calorcito del sol quema.
Así es que uno planta su propio jardín y decora su propia alma,
en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.

Y uno aprende que realmente puede aguantar,
que uno realmente es fuerte,
que uno realmente vale,
uno aprende y aprende...

Y con cada adiós uno aprende.










Imagen: "Alone" [2004], de Karen Williamson.